Tipos de suelos para el cultivo de la vid y cúal es mejor para cada tipo de uva

Cada vez son más las personas que se dedican al cultivo de la vid. Es un cultivo que puede ofrecer muchos beneficios, siempre y cuando se haga de manera correcta. Y es que el cultivo de la vid es delicado. Para poder conseguir una buena cosecha, no solo hay que ofrecer a la planta lo que necesita, sino que también se debe plantar en un suelo adecuado. Dependiendo del suelo en el cual se haya cultivado, el sabor de la uva será uno u otro.
Con el objetivo de que te sea mucho más fácil conseguir el cultivo de la vid que te interesa realizar, te vamos a mostrar los diferentes tipos de suelos que existen y cuándo se recomienda cada uno de ellos.
1- Suelo pedregoso
También conocido como suelo aluvial. Como nos informan los expertos en vinos de BodegasArane.com, con ese tipo de suelo se puede conseguir una uva de buena calidad y en consecuencia un vino de alta calidad. Por ese motivo, suele ser uno de los tipos de suelo más recomendados para esa variedad de cultivo. Muchas de las bodegas más importantes de vino usan suelos pedregosos para obtener el vino que buscan.
Uno de los puntos fuertes de esta variedad de suelos es que durante el día captan mejor el calor solar, mientras que por las noches se enfrían con rapidez. Eso suele beneficiar a la gran mayoría de variedades de parras, de aquí que sea un suelo muy demandado. Para hacernos a la idea, este tipo de suelos se suelen usar para elaborar uvas que posteriormente darán luz a vinos conocidos de la zona de Navarra, Toro o Rueda.
Gracias a esa variedad de suelo, la gran mayoría de vinos destacan por ser limpios, cálidos y sobre todo con un toque a frutos silvestres que suele gustar mucho a los consumidores finales.
2- Suelo arcilloso
Gracias a su composición, destacan por ser suelos que retienen muy bien el agua y en consecuencia los nutrientes. Esa retención viene muy bien a la uva, la cual cuenta con todo lo necesario para conseguir un grado de sabor elevado.
Este suelo permite obtener vinos de baja graduación, pero a cambio con gran volumen. Eso significa que la valoración de los agricultores es muy buena. Los vinos más importantes que se cultivan en suelo arcilloso son los vinos de Cigales, Ribera del Duero o los Riojanos. Como puedes imaginar, este terreno también permite que el nivel de taninos sea notable, algo que suele beneficiar a muchos vinos.
3- Suelo granítico
Destacan por no ser fáciles de trabajar porque en muchas zonas la roca es sólida. Este tipo de suelo no termina de ser uniforme.
La ventaja de este tipo de suelo, dejando de lado los problemas del cultivo, es que permite que la maduración de la uva no se haga de golpe, sino que la maduración es progresiva. Eso permite obtener vinos aromáticos y limpios de sabor. Para hacernos a la idea, algunos de los vinos más conocidos que se cultivan en este tipo de suelo son los vinos de las regiones de Madrid y de Galicia.
4- Suelo de pizarra
A pesar de ser suelos con poca materia orgánica, la verdad es que permiten obtener vinos de alta calidad.
El vino que se obtiene en este tipo de terreno es diferente al de otros suelos porque las raíces no pueden introducirse demasiado en la tierra. Además, el reflejo del sol sobre la pizarra ayuda a que la maduración sea más rápida. Eso permite tener un sabor diferente al de otros terrenos, por lo que se puede decir que hablamos de vinos con personalidad. Por regla general, las uvas cultivadas en suelos de pizarra dan lugar a vinos de alta graduación, complejos y con notas minerales. Algunos de los vinos más conocidos dentro de esta variedad son los vinos de las regiones de El Bierzo y Priorat.
5- Suelo arenoso
Es un tipo de suelo perfecto para cultivar la vid cuando no hay mucha agua para regar la planta. Normalmente están compuestos de pequeños trozos de piedra.
Hablamos de suelos muy permeables. Gracias a que necesitan poca agua, eso hace que la uva madure con bastante rapidez. La uva resultante permite obtener un vino de gran aroma, calidez y con poca graduación. Muchos de los vinos de las regiones de Madrid, Castilla y León se cultivan en suelo arenoso.
6- Suelo franco
En cierta manera se puede decir que hablamos de un tipo de suelo equilibrado. Concretamente suelen estar formados por arcilla, arena y lamosa. Dependiendo de la zona, la composición es una u otra.
Muchos de los suelos francos destacan por tener una concentración de materia orgánica baja. Eso hace que el vino que se obtiene siempre se caracteriza por ser fino y sobre todo con carácter.
Dependiendo del suelo, el color del vino resultante puede ser uno u otro. Los suelos que destacan por tener una concentración alta en hierro suelen tener un color más azulado. En cambio, si el suelo tiende a ser más calizo, entonces el vino tendrá elegancia y en consecuencia destacará por su pigmentación y sobre todo por su aromas.
Como hemos podido comprobar, en la actualidad la vid se puede cultivar en diferentes suelos. Dependiendo del tipo de uva que se quiera obtener, para posteriormente obtener una variedad u otra de vino, habrá que optar por un terreno u otro. Por ese motivo, podemos concluir que, para obtener un vino de calidad, cosecha tras cosecha, lo mejor que podemos hacer es tener muy en cuenta el terreno donde vas a plantar las viñas. Por supuesto, luego los cuidados harán que el sabor sea diferente, pero podemos certificar que el suelo influirá en el resultado del vino final. Eso sí, no todos los suelos son igual de fáciles. Antes de optar por una finca u otra, infórmate bien para tener la certeza de que realmente es la opción que estás buscando para tus futuros vinos. Sin olvidar que la viña tardará unos años en dar uvas de calidad para posteriormente convertirlas en vino.