Depósitos de líquidos: tipos y consejos mantenimiento

Laura
Laura

Los depósitos de líquidos son una excelente opción para almacenar todo tipo de líquidos, desde agua, hasta sustancias químicas o de diferente índole. Los depósitos pueden ser de varios tipos, dependiendo del líquido que se almacene en su interior. Estos son de gran utilidad para almacenar, aunque también para separar líquidos y sustancias, como los depósitos de oxidación.

A continuación, analizamos cuáles son los principales tipos de depósitos de líquidos y algunos consejos de mantenimiento.

Tipos de depósitos para el almacenamiento de líquidos

Como comentábamos, la cantidad de depósitos para el almacenamiento de líquidos es muy variada. Los más populares son los siguientes:

  • Depósito de chapa: Entre todos los tipos de depósitos destinados a almacenar el agua, destaca el depósito de chapa. Estos pueden ser utilizados para fines industriales, como para almacenar el agua de riego, con el fin de tener una fuente de abastecimiento en el momento en el cual se quiera regar los cultivos de una determinada zona. Así mismo, estos depósitos pueden ser empleados, también, para almacenar agua potable, así como para recoger el agua de la lluvia y utilizarla para luchar contra los incendios. Los usos de este tipo de depósito son varios. Además, estos pueden ser cubiertos para evitar que se contaminen.
  • Depósitos Aéreos: Este tipo de depósitos es muy variado, dependiendo de la cantidad de agua o de otros líquidos que pueden almacenar. Estos pueden ser horizontales, así como depósitos verticales altos, depósitos verticales Puffo, depósitos verticales Puffo bajos y depósitos verticales corrugados. Estos depósitos están hechos de polietenol de alta densidad y pueden tener un volumen que comprende desde los 500 hasta los 20.000 litros. Los mismos cuentan con tapas de cierre antiintrusiones. Además, se pueden conectar a tuberías, así como ser utilizados para recopilar agua pluvial. En SustraiakGrupo.com puedes encontrar varios depósitos de este tipo, dependiendo del fin que quieras darle como, por ejemplo, para almacenar aceite de un vehículo, así como para el líquido de un limpiaparabrisas, productos químicos, agua, etc.
  • Tanques: Los tanques de agua son uno de los elementos más utilizados para abastecer de agua potable de la población, así como para grupos reducidos. Estos permiten almacenar el agua en las condiciones higiénicas necesarias.
  • Cisternas: Son depósitos que se suelen enterrar bajo tierra con el fin de almacenar el agua procedente de la lluvia, así como la de un río o un manantial. Para su instalación es necesario diseñar una base especial que se construya siguiendo las dimensiones y la función que va a cumplir dicha cisterna.
  • Depósitos hinchables: Es otro tipo de depósito utilizado, sobre todo, para la agricultura. Estos se instalan sobre una superficie plana —sin necesidad de hacer obra— y proporcionan una gran resistencia. En ellos se puede almacenar desde los 1.000 hasta los 50.000 litros de agua. Los líquidos que se almacenan en su interior se conservan en buen estado sin generar malos olores, plagas de insectos o algas.
  • Depósitos de oxidación: También conocidas como depuradoras de agua doméstica o depuradora de oxidación total. Se utilizan para tratar aguas residuales y funcionan mediante un proceso de decantación y de digestión anaerobia para eliminar las sustancias contaminantes. Estos suelen precisar de un servicio externo que se encarga de recoger los residuos contaminantes separados para su eliminación.

Consejos de mantenimiento de los depósitos

Dependiendo del tipo de depósito, el mantenimiento puede variar. Así pues, no es lo mismo el mantenimiento de un tanque o una cisterna, que el de un depósito de oxidación o el de un depósito aéreo. Por lo general, aquellos que no precisan de un mantenimiento y limpieza extraordinarios son fáciles de mantener y de limpiar. Es el caso de los depósitos aéreos y aquellos que se utilizan especialmente para el almacenaje de agua y de uso casero. Para limpiarlos necesitamos, en primer lugar, cerrar la llave de paso si están conectados a tuberías o otras fuentes y vaciarlo hasta la mitad. Lo siguiente será limpiar el fondo, así como las paredes y la propia tapa. Para ello podemos utilizar un cepillo, así como hacer uso de productos especiales empleados para limpiar depósitos de agua. A continuación, vaciaremos el agua de estos depósitos. Lo siguiente será llenar el depósito de nuevo hasta la mitad y emplear cloro o lejía para desinfectarlo, normalmente medio litro por cada 500 litros. Finalmente, tras dejarlo actuar un par de horas, nos encargaremos de vaciarlo de nuevo y ya podremos llenarlo por completo para que cumpla con su función de almacenaje de agua.